lunes, 12 de mayo de 2014

Pisa inclinada o sesgada.

Los informes PISA tienen su talón de Aquiles en el sesgo económico que el organismo encargante (a empresas multinacionales con ánimo de lucro), la OCDE, potencia. La lógica de la OCDE, y por tanto la de sus informes, es la de la competitividad económica y mercantil. 
Como advierte al respecto la profesora malagueña Carmen Rodríguez, se invierte en capital humano para reducirlo a rendimiento de trabajo y competencia entre estudiantes. 
Es preferible que la evaluación se hiciese por organismos como la Unesco que con el objetivo de mejorar la educación puede más adecuadamente valorar la formación más integral y democrática de los ciudadanos.
Y es que habría que tener en cuenta que, en democracia, hay aspectos mucho más importantes que la mejora del empleo para la educación pública, como explica el profesor Meyer, uno de los firmantes del último escrito crítico sobre PISA: el desarrollo moral, creativo y artístico; la participación cívica, la salud e incluso la felicidad.

[de El País, 09/05/2014]