lunes, 29 de diciembre de 2014

Enjambres [I].

[by Google]

Leyendo el pensamiento reaccionario de Byung-Chul Han .- En el enjambre
Herder Ed. Barcelona, 2014.

Gustave le Bon definía a finales del XIX la modernidad como la ‘época de las masas’. La sociedad debía contar entonces con el poder de las masas. Pero para Le Bon, la rebelión de las masas conducía tanto a la crisis de la soberanía como a la decadencia de la cultura.
[Luego vendría Ortega y Gasset con la masa y la minoría como distintas clases de hombres, no de clases sociales].

En el siglo XXI, según Hardt y Negri, la globalización desarrollaría dos fuerzas contrapuestas. Por una parte, el ‘imperio global’, un orden capitalista de dominación desligado del territorio. Y por otra parte, la ‘multitud’, una composición de singularidades que se comunican entre sí y actúan en común a través de la red. Sus principales escritos se titulan precisamente Imperio y Multitud. En ellos definen la ’multitud’ como una clase que es capaz de acción común.

Pero hablar de clase, les rebate Han, sólo tiene sentido dentro de una pluralidad de clases. Y lo cierto es que la multitud es la única clase. Ya que pertenecen a ella todos los que participan en el sistema capitalista. Y el imperio global no es ninguna clase dominante que explote a la multitud, pues hoy cada uno se explota a sí mismo, aunque se figura que vive en libertad. Hardt y Negri no conocen esta lógica de la propia explotación. Además, en el imperio propiamente no gobierna nadie. Él constituye el sistema capitalista mismo. Y hoy es posible una explotación sin dominación. Lo que caracteriza la actual constitución social no sería la multitud, sino más bien la soledad (non multitudo, sed solitudo), una decadencia general de lo común y lo comunitario, con desaparición de la solidaridad.

Volviendo a la masa, lo que nos encontramos hoy, escribe Han, es una transición crítica cuyo responsable es la revolución digital. Y la nueva masa sería el enjambre digital


(sigue)

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